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¿Sabes si tu hijo bebe suficiente agua en el colegio?

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Jamie Haines

Los niños son mucho más vulnerables a la deshidratación que los adultos, y enseñarles a beber la bebida más limpia y saludable del mundo (el agua), forma parte de las obligaciones que los padres y los educadores abordan cuando enseñan hábitos saludables.

La mayoría de adultos son conscientes de que un niño que padece diarrea o vómitos se puede deshidratar de tal modo que puede tener consecuencias mortales, pero incluso una leve deshidratación puede provocar diversidad de síntomas que impedirán que el cuerpo del niño funcione adecuadamente.

Los niños poseen mayor porcentaje de agua en su cuerpo que los adultos, un 65% cuando tienen 1 año, y el cerebro tiene un contenido de agua aún mayor. Dado que el agua favorece casi cualquier proceso físico, es lógico que el cerebro y el cuerpo no funcionen adecuadamente cuando aparece la deshidratación.

niño bebiendo agua

Los especialistas coinciden en que en el momento en que el niño siente sed, ya ha perdido un 2 por ciento de la masa corporal debido a la deshidratación. Por ese motivo es necesario incitar a los niños a aprender el hábito de hidratarse en lugar de esperar que aparezca la sed.

En caso que vivas en una región con un clima particularmente caluroso, no olvides enseñar a tu hijo el hábito de llevar contigo una botella de agua filtrada para actividades al aire libre. Recuerda que el aire acondicionado también reseca el cuerpo, así que apórtale más agua cuando el aire acondicionado esté en marcha.

Los síntomas de la deshidratación

Dejando de lado la deshidratación grave, que debe tratarse como una urgencia médica, los adultos pueden detectar los síntomas de una deshidratación leve que puede subsanarse bebiendo agua:

  • Dificultad para concentrarse. El niño es incapaz de seguir procesos de razonamiento. El niño tiene dificultades para entender o seguir los procesos mentales hasta las conclusiones.
  • Cefaleas frecuentes. Existen distintas causas posibles para esto, pero si el hecho de beber un vaso o dos de agua puede aliviar el dolor, puede que el niño esté padeciendo una leve deshidratación.
  • Irritabilidad y mal humor. Un niño enfadado y llorón puede que sólo necesite un poco de agua.
  • Cortos períodos de atención. Los profesores pueden observar que la atención del niño en clase se desvía. Los padres se dan cuenta de esta falta de atención pero lo pueden interpretar como una travesura.

Los síntomas físicos de una deshidratación incluyen piel seca, labios secos, micción poco frecuente, orina muy concentrada o incluso llanto sin lágrimas.

En caso que el niño haya padecido vómitos o diarrea y pueda sufrir una deshidratación severa, debes acudir a la consulta de tu pediatra inmediatamente.

¿Qué cantidad de agua debe ingerir un niño?

La prevención de la deshidratación es lo más importante. Lo ideal sería proporcionar una guía simple de cuánta agua debe ingerir un niño, pero hay diversos factores a considerar, entre ellos:

  • La edad: A medida que van creciendo los niños tienen mayor necesidad de agua
  • La masa corporal: los niños de mayor altura necesitan más agua que los más menudos
  • El nivel de actividad: Si el niño juega al fútbol regularmente, realiza ejercicios aeróbicos, o mejor aún, le encanta jugar en el parque, es conveniente llevar siempre consigo una botella de agua filtrada.
  • Condiciones meteorológicas: el calor implica mayor consumo de agua. En invierno, los sistemas de calefacción también resecan el ambiente. Posiblemente hayas notado alguna vez la garganta seca o la nariz tapada cuando la calefacción está en marcha.
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